En septiembre del año 2012 pesaba 285 libras. Realmente era un peso exagerado pero no me preocupaba mucho hasta que un día, caminando desde el restaurante "Lo Nuestro" hasta la Casa Inspectorial Salesiana, unas 4 cuadras largas, tuve que hacer varias paradas porque materialmente me ahogaba. Llegué a la casa y me fui a acostar porque me sentía mal, me faltaba la respiración y el corazón latía aceleradamente. Al día siguiente fui donde un cardiólogo quien me dijo: "si usted fuera mi padre, mi hijo o mi hermano, solamente le diría una cosa: tiene que operarse para reducir el estómago". Esto me inquietó muchísimo. Consulté con mis mejores amigos en Guayaquil y todos me dijeron que no lo hiciera... Mons. Alfredo José Espinoza Mateus, sdb Obispo de Loja. Actual Arzobispo de Quito |